Estaba pensando en lo desproporcional del precio del boleto del transporte público en contraposición con la gran cantidad de información que incorporo día a día mientras gozo de dicho servicio. Para dar algunos ejemplos:
1. No todos tienen la dicha de contar con desodorante y/o jabón… y sus derivados.
2. El Beatboxing es la habilidad de imitar sonidos con la boca. Sin embargo algo importante que aprendí es que si está acompañado del consumo de bebidas alcohólicas a base de mosto de uva ingerido directamente del envase original más el movimiento “colestivístico”, termina siendo una suerte de expendio de muestras salivales masivas.
3. La juventud, sin lugar a dudas, ESTÁ PERDIDA.
4. La complejidad tecnológica de la telefonía celular es inversamente proporcional a la existencia de auriculares y a la cantidad de dientes en la boca del poseedor.
5. No importa que la mayoría de los días te pintes como una puerta, te cruzarás al potencial hombre de tu vida JUSTO aquel en que ni siquiera te hayas sacado las lagañas y/o rímel del (los) día (s) anterior (es).
6. Avisar que sos estudiante de teatro te habilita para pasearte entre los pasajeros realizando movimientos espásticos al ritmo de la percusión de latas y demás recipientes para luego recibir a cambio una retribución monetaria a voluntad.
Aparte de viajar, en el día de hoy me dediqué a realizar ciertas adquisiciones. Me compré un pantalón pero cuando llegué a mi casa y me lo volví a probar caí en la cuenta de que en el hipotético caso de tener que COMER, BEBER y/o… RESPIRAR mientras lo uso, voy a tener que desabrochar el primer botón o “inhalar más y exhalar menos” (como dice una gran amiga). Ante todo soy una señorita.
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