miércoles, 20 de octubre de 2010

Bicicleteame

Dada la concreción del ya comentado fracaso académico, la idea de comenzar el gimnasio dejó de ser tan absurda. Me dirigí a uno que estuviera lo más cerca posible de mi hogar (una cuadra) como para que no pueda negarme a la idea de ir, por lo menos durante la primera semana.

Llegue con mis calzas y actitud positiva (¿Se necesita mucho más que eso?) y le dije: “Vine a hacer ejercicio físico” para que no se piensen que me había confundido con la ferretería de al lado. Se ve que la chica de la recepción tiene mucha experiencia tratando con gente “diferente” porque ni se inmutó por mi comentario.

Todo el ambiente de gimnasio en general ya me produce bastante rechazo, la gente se cree que por el solo hecho de traspasar la puerta ya esta ejercitándose. Personas queriendo ser lo que no son pero en versión transpirada, es una cosa rarísima. Encima estoy segura de que me miraban mal porque era la única en todo el lugar que no tenía el combo BOTELLITA+ TOALLA. Realmente me sentí bastante discriminada.

La profesora era de mi altura (que no es mucho decir) y la verdad nunca en mi vida vi tanta fibra y masa muscular concentrada en un mismo lugar. ¡WOW! ¡Nunca! Si para la tercera clase no tengo un décimo de la cola que tenía esa mujer, renuncio.

¿PARA QUE? ¿Para que agregarle tanta carga? ¿Qué estamos transportando? ¿Sandías? ¡Por Dios! Parate, sentate, parate, en subida, en subida… (la gente del spinning  nunca agarra las bajadas). No entiendo para qué necesitamos un profesor de pedaleo, ya bastante me costó de chica prender a andar en bicicleta, para que vengas vos a querer cambiarme la técnica.

En conclusión, fueron los 45 minutos más largos de mi vida; a los 15 ya me hubiese llamado un remis, me faltaba el aire, estuve a punto de acalambrarme y tuve que hacer un esfuerzo por no caer demayada.

Mañana voy de nuevo. Hasta la Cirio no paro.

lunes, 11 de octubre de 2010

Crónicas de un fracaso académico anunciado

En épocas donde las flores renacen, “el clima acompaña a los viajantes”  y  los diarios anuncian que ”este fin de semana largo será EXCELENTE, el mejor del año” algunos seres se encuentran con el siguiente panorama:
  • Después de haber estado dos días haciendo un resumen que nunca en su vida leerá, encontrará un cuadro al final del libro que mágicamente sumariza de forma clara y sintética todos los temas.
  • La adquisición de libros y apuntes (que tampoco nunca leerá) aumentará proporcionalmente al nivel de culpa del “estudiante” incrementándose aún más con la cercanía del examen propiamente dicho. Sin embargo, las expectativas con respecto al puntaje pretendido disminuyen con el transcurso del tiempo.
  • Se dedicará al consumo de infusiones relajantes. ¡Atención! Tienen efectos secundarios.
  • Incursionará en los reality show y será atrapado por una de las historias más románticas que jamás se hayan contado entre una modelo y un productor de televisión.
  • En momentos de desequilibro mental  meditará seriamente la idea de ir al gimnasio. Ya que según los expertos: el spinning te “reacomoda la CARNE” con solo asistir a dos clases.
  • 11 de cada 10 personas con las que hable estarán convencidas de que la causa del 99% de sus problemas yacen en su condición de soltería.
  • Intentará ocultar los vestigios del encierro con cremas autobronceantes y maquillaje en exceso.
  • Sentirá la necesidad de salir cuando esté estudiando y la necesidad de estudiar cuando haya salido. Quédese tranquilo que la culpa estará siempre a su lado para acompañarlo en ese difícil momento.
Si usted padece o padeció alguno de estos síntomas, hay dos alternativas: ya mismo vaya a estudiar; o intente el suicidio con sobredosis de Flores de Bach. Alguna va a servir.