viernes, 26 de noviembre de 2010

Operación triunfo

Hoy venía en el colectivo y la señora que estaba al lado mío leía un libro que se llamaba: “Cómo formar hijos vencedores”. No sé precisamente de qué se trataba pero solo puedo imaginarme a un señor muy transpirado subiendo unas escalinatas al sonido de “charan-chaaaaan...charan-chaaaaran”. Más allá de la agradable imagen mental,  estoy segura de que son de extrema importancia las cosas que nos pasan de chicos para explicar los traumas que tenemos de grandes.

Cuando tenía once años una amiga vino muy entusiasmada a contarme que el chico que me gustaba había manifestado cierto interés en mí.  Sin embargo, dijo que él pretendía que yo se lo exprese con las palabras textuales y de esa manera él iba a tomar cartas en el asunto. Entonces la conversación fue una cosa así:
-Hola. Me gustas. ¿Yo a vos te gusto?
- No.

A partir de ese momento tengo un grave problema para interpretar las intenciones masculinas. Por ejemplo recientemente tuve la oportunidad de sociabilizar con un individuo que después de tres minutos de conversación,  y luego de enumerar una larga lista de logros y títulos académicos obtenidos en universidades que nunca antes había escuchado nombrar,  me dijo: “¿No me das un abrazo?”. Dada mi respuesta negativa, el individuo manifestó a viva voz que él no estaba interesado en mantener relaciones carnales conmigo, sino que estaba necesitando que alguien reconforte su alma y que le pareció que yo era la persona adecuada para llevar a cabo esa tarea.  Mientras huía despavorida de tal situación de CONFUSIÓN TOTAL, sintiéndome una mujer promiscua de cabaret por haber malinterpretado sus buenas e inocentes intenciones de tamaña manera, me crucé con otro espécimen de la misma raza que se presentó diciendo:
-¡Hola! Me llamo Javier, pero decime Javi- dijo-¿Estás tomando Fernet? ¿Qué raro que una mujer tome Fernet?
-Sí, hace una semana que empecé a tomar Fernet. Me pareció la mejor manera de mitigar mis problemas. Estaba entre eso y el suicidio, pero dentro de tres días tengo un parcial y no me gustaría faltar.

domingo, 14 de noviembre de 2010

Domingo

“…El nombre 'domingo' proviene del latín dies Dominicus (día del Señor), debido a la celebración cristiana de la Resurrección de Jesús. En la antigua Roma se llamaba a este día dies solis (día del Sol)…”

Hoy es domingo pero estuvo nublado todo el día. 

Hoy es domingo, son 19:56 de la tarde, estoy tomando Fernet, escuchando AC/DC,  y haciendo un resumen sobre cómo evaluar proyectos de inversión utilizando la Tasa Fisher. Primera vez en la vida, lo juro (desde el Fernet hasta el resumen). Situaciones patéticas si las hay. Necesito una dosis de autoflagelamiento. Me fumaría un cigarrillo, pero no se tragar el humo y mañana me va a doler el pecho de tanto toser.

Hoy es domingo y estoy segura de que la cantidad de veces que dije “yo no estoy loca” es equivalente a mi nivel real de locura.

Hoy es domingo y tendría ganas de dejar de pensar un poco. No utilizar mi cerebro por unos días, que las cosas sucedan con naturalidad. 

Hoy es domingo, lo más loco que hice fue comprar entradas por internet para ver el pre-estreno de Harry Potter y me siento totalmente realizada.

Hoy es domingo y me di cuenta de que NO SOPORTO LOS GRISES. No me los banco y no está bueno. Tengo tendencia a elegir que las cosas sean blancas o negras. Con este criterio, finalizo vínculos con personas con quien nunca tuve vínculos, haciendo comentarios del tipo “Estoy teniendo una semana complicada a nivel relaciones y por el momento no estoy en condiciones de salir con nadie”. ¿Cuál era la necesidad? ¿Qué te propuso? ¿Ir a tomar algo o que se vayan a vivir juntos? ¡ENFERMA!

Hoy es domingo e intercambiando opiniones con individuos del otro sexo aprendí cosas muy interesantes. A saber: “Particularmente no me molesta que me histeriquen, siempre y cuando haya una luz al final del túnel”, “No contesto el mensaje al toque porque tengo que disimular que soy yo el que está colgado de los huevos” y “Es linda, buena onda, me hace reír y todo… pero sé que si pasa algo después no le voy a dar más bola”. Lejos de estar tomando estos comentarios como una cargada al género masculino, los tomo un ejemplo de sinceridad. Respuestas como éstas cumplirían ampliamente con mis requerimientos constantes de respuestas claras y concretas, las prefiero.

Hoy es domingo y me di cuenta de que seguramente haya gente que sea mucho más feliz que yo, no porque tenga pocos  problemas o menos complicado que los míos (al contrario) sino porque se paran de otra manera frente a ellos. Les chupa un huevo, básicamente. Cuando sea grande quiero ser así. Espero crecer pronto.

sábado, 6 de noviembre de 2010

Carrousel

Recientemente  tuve una iluminación divina. Alguien me dijo muy amablemente “Mira que si vos me lo pedís, yo te hago el service completo con cambio de aceite incluido” y ahí entendí todo. 

Una amiga se quejaba de que percibe cierta lentitud, falta de concreción, histeriqueo eterno y demás situaciones relacionadas con la compra-venta de HUMO por parte de los hombres; pero me doy cuenta de que nada de eso existe. No existe porque las cosas son más simples aún. Por más divertido que sea, cuando se dan este tipo de eventos por un tiempo prolongado, no es un caso severo de “hombre-calesita”. La respuesta es que claramente NO LE GUSTÁS; o más simple, que sea un caso “Ricky Martin” y no le gustes ni vos ni nadie de tu mismo sexo. Y está perfecto.

Habiendo comprendido esto, la vida es mucho menos complicada. No significa esperar a que las cosas se presenten mágicamente ante uno (como el romántico caso del service), pero dejaremos de pelear contra molinos de viento. Evitaremos organizar rifas, desfiles y otros eventos para recaudar fondos para financiar sesiones de terapia. Dejaremos de esperar que alguna vez despierten aquellas personas mayores que aún no se percataron de su regreso de Bariloche.  Disfrutaremos de las cosas de existencia real y efectiva, lo que ocurre verdaderamente, lo que es efectivo o tiene valor práctico; en contraposición con lo fantástico e ilusorio, lo virtual, lo imaginario, mensaje de texto, Messenger, Facebook,  Twitter, etc.

Pensando una oración que representara la moraleja de la historia , se me ocurrió googlear “Frases típicas de tatuajes esperanzadores de jóvenes en busca de su camino” y encontré un par que se pueden adaptar al propósito: “Vive cada día como si fuera el último”,“The only truth is what you feel”, “Don’t worry, be Huggies happy”, “Livin’ la vida loca”, “Sexo, drogas y Rock&Roll”, “Madre” y “饿”(que nadie sabe qué significa pero puede llegar a ser muy profundo).

martes, 2 de noviembre de 2010

Un pacto para vivir

Pista de baile y/o pista de hielo y/o puente y/o cancha de fútbol y/o supermercado. Chico besa a chica apasionadamente. Música romántica de fondo. Títulos.

Mientras me termino el paquete de Kleenex me pregunto por qué nunca muestran qué es lo que hace la gente que está alrededor de esta acaramelada escena, ¿no? ¿Qué cara pone uno que es el EXTRA de la situación? Porque de todas las veces que hice el casting nunca quedo como protagonista. “¡¡¡Ay, chicos!!! Me parece bárbaro que se quieran, pero por favor no cuenten dinero delante de los pobres” “No puedo creer que este bagarto esté con alguien y yo no”. Casi el mismo sentimiento que experimento cuando leo el “próximamente” del aparato de la tarjeta Monedero en el 60. Es una mezcla entre esperanza y necesidad de realizar un ataque directo a la yugular del señor colectivero.

Si supiera como es mi príncipe azul claramente ya lo hubiese encontrado. Mi mamá me dijo que tengo que pensar que ya nació y que solamente hay que esperar a que nuestros caminos se crucen.  Y mientras lo espero, voy experimentando situaciones de lo más variadas, pero me está costando un poquito interpretar ciertas cuestiones. “Pero si acá estamos bien. ¿Qué es lo que me querés explicar en la habitación? ¿El jilguero qué es? ¿Un pajarito?.” 

Lo bueno es que ya me doy cuenta de cuáles son las cosas con las que definitivamente NO cuenta este individuo. A saber: no tiene aficiones relacionadas con el reggae ni sus derivados en vestuario, peinado e higiene;  no dedica canciones en un canto bar; y SIEMPRE voy a saber exactamente qué es lo que está pensando. Vamos por más.

Es por ello que hice un pacto conmigo misma. No cambio el fondo de pantalla de Tinkerbell hasta que no tenga una foto besándome con alguien.  En la playa. Al atardecer. No importa si después termino con Barnie que grita “a lo’ pirulineeees” en Las Toninas. Es un pacto.