miércoles, 9 de marzo de 2011

Desperate housewife


Este vómito de reflexiones escrito es la manera que encontré de estar sana, por lo menos hasta que se me presente la posibilidad de experimentar con drogas alucinógenas.

Debería saber usted, estimado/a lector/a  que las siguientes líneas son producto de horas de pensamiento creativo puesto en funcionamiento y, por sobre todas las cosas, un excelente trabajo de edición. Para qué hacemos esto si no es para llevar por escrito, situaciones al límite; cuando en la vida real generalmente no tiene ni el menor asomo de entusiasmo.

Este blog es el espacio donde pasarían cosas como:
-¿Sentís eso?
-¿Qué?
-Esta tensión sexual entre nosotros. ¿No te parece que tenemos que hacer algo al respecto?
-¿Algo como qué?
-No sé, como revolcarnos juntos hasta que se extinga hasta el último vestigio de algo remotamente parecido a la pasión y nuestros cuerpos digan basta. ¿O vamos a convivir silenciosamente con el deseo?

(Lamentablemente en la vida real la única respuesta posible a este comentario sería algo como lo siguiente)
-Uh! Sabes que hoy no creo que pueda. Lo dejamos para otro día, ¿te parece?

En la vida real uno no puede ser tan claro con lo que propone, no importa qué tan buenas e inocentes sean nuestras intenciones o cuanto nos esforcemos por no generar malentendidos, las cosas no siempre salen según la receta.

Cuando era chica y tenía ganas de cocinar una torta, mi mamá me decía que primero debía asegurarme de que cuente con todos los ingredientes que necesitaría para la preparación. No vaya a ser que en el medio me dé cuenta de que no tengo huevos y tenga que salir a comprar. Lo que sería una catástrofe si  estamos hablando de un domingo o de la hora de la siesta.
Creo que en muchas otras situaciones, me pasa lo mismo. De alguna manera hay veces que busco una y mil veces en la alacena  lo que voy a necesitar, perdiendo más tiempo en eso que en la efectiva concreción de la obra repostera.

Algo me dice que la respuesta no está en buscar en la alacena, sino en correr el riesgo de no tener algún ingrediente y cambiar la receta. Lo importante debe ser no quedarse sin el pan y sin la torta. Alguna vez me saldrá algo imposible de comer y otras me saldrá algo mejor que si hubiera hecho todo como estaba preestablecido.  Por lo menos no voy a pasar hambre.

2 comentarios:

N.E. dijo...

eso es lo importante! PASE LO QUE PASE, si no podes comer eso que querés, o porque no se te da, o porque el médico te prescribió dieta, una NUNCA debe pasar hambre!!! Y siempre está la posibilidad de meterte una piedra en la boca y decirle a todo el mundo "ñam ñam que rico, púdranse envidiosos"

N.E. dijo...
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