Cuando me quejaba del hecho de cruzarme con estos especímenes tan exóticos de la raza humana, creía que era
culpa del destino que me ponía a prueba.
Siempre me consideré una persona buena
onda, simpática y alegre. Pero en realidad sospecho que tengo una personalidad
bastante jodida. Reflexionando un poco llegué a la conclusión de que algunas
veces la culpa es un poco mía. Tal vez sea un instinto de “autopreservación/autoboicot”, como para evitar que a nadie ni
siquiera se le ocurra la remota idea de acercarse a mí.
Algunos ejemplos
de lo antedicho que han sucedido a través de los tiempos:
1. -Mira que adentro del cine me pongo cachondo.
-Yo si pago la entrada es para ver la película.
2.
- ¡Qué bonita qué sos!
- ¿Qué carajo significa eso?
3.
- ¡Qué linda que estás!
- No te creo.
4.
- Todo bien con que quieras que caminemos de la
mano, pero mira que a mí cuando hace calor me transpiran un montón.
5.
- Che! ¿Te parece si lo dejamos para mañana?
-
Yo mañana no puedo, si no nos vemos hoy lo
dejamos para dentro de dos meses, ¿Te parece?
6. - No, vos hace lo que quieras. Solamente procurá
que no haya registro de tus acciones. Yo por mi parte prometo no sacarme
ninguna foto con el micro vestido negro que voy a usar esta noche.
7.
- ¿A que no sabés quién está en la puerta de tu casa?
-
Espero que Brad Pitt, porque hace cuarenta y
cinco minutos que estoy esperando a un pelotudo que no viene.
-
No, yo: Tu príncipe azul.
-
El príncipe azul no existe.
8. - (Mirándome al espejo) No estoy tan gorda, ¿no?
9.
- Mira corazón, lo tuyo es en cuotas y yo me
aburro de las cuotas. No tengo paciencia.
No es que no tenga razón en las cosas que digo, pero muchas veces esa
sinceridad absoluta requiere de que la gente me tenga que tener más paciencia
que la normal. Creo que hay alguna fuerza superior que me impide quedarme
callada o siquiera tener un poco de prudencia al hablar. Porque yo te juro que por dentro soy re buena,
es que no me doy cuenta de las cosas que digo hasta varios… MESES después y ahí
es un poco tarde.
Capaz que es por mi necesidad de comunicar todo, o por pensar demasiado,
o por no pensar lo suficiente, o por no tener tiempo
libre, o por tener demasiado tiempo libre… Pero que le pongo toda la onda, le
pongo toda la onda.
No hay comentarios:
Publicar un comentario